viernes, 1 de febrero de 2013

FONDOS DEL TALLER

Un pequeño tesoro

AUTOR: MANUEL SALVADOR CARMONA
(Nava del Rey, Valladolid, 1743 - Madrid, 1820)
Grabador ilustrado español


ADORACION de los PASTORES























Manuel Salvador Carmona se formó con su tío el escultor Luis Salvador Carmona. Fué uno de los primeros pensionados por la Academia de San Fernando, creada en 1744, para completar su formación como grabador de historia en París. Allí estudió la técnica del buril con Nicolás Gabriel Dupuis. En 1759 ingresó como ayudante en la Académie Royale de Peinture et de Sculpture y dos años más tarde fue admitido académico de ella por unanimidad.
En 1783 recibió el título de grabador de cámara del rey. Hombre ilustrado y con una larga trayectoria docente en la Academia, dejó un elevado número de discípulos, entre ellos su hermano Juan Antonio Salvador Carmona, José Gómez de Navia, Manuel Alegre, Luis Fernández Noseret y Fernando Selma, quizá el más destacado de ellos.

Pocas décadas tras su muerte, acaecida en 1820, su nombre pasó al olvido. Su principal biógrafo, Valentín Carderera, expresa en 1862 que «un artista considerado por los reyes, elogiado por un sumo pontífice y acariciado por los Grandes de España, embajadores nacionales y extranjeros y cuanto de noble e ilustre había entre nosotros en los reinados de Carlos III y IV; grabador de estos monarcas y del rey de Francia... académico de las Reales de París y de San Fernando, director de ella en el grabado de láminas, académico de la romana de San Lucas, individuo de las de Tolosa, de Francia, de la de San Carlos, de Valencia... ni aún pudo el apellido de Carmona tener lugar en el rico Diccionario de Ceán Bermúdez, por haberse impreso antes del fallecimiento del célebre grabador».

Siendo uno de los objetivos de la Academia contribuir mediante la práctica del grabado de reproducción a la difusión de las artes y las ciencias, aunque excelente dibujante, pocas veces tuvo ocasión de grabar sus propias obras, viéndose habitualmente obligado a trabajar sobre composiciones ajenas. En esa tarea reprodujo en estampa obras de diversos pintores, entre ellos Velázquez, de quien grabó Los borrachos y dirigió la reproducción del Aguador de Sevilla, entonces en el Palacio Real de Madrid, grabado por Ametller bajo su supervisión como se hizo constar al pie de la lámina. También hizo algunos grabados sobre cuadros de su suegro Antón Rafael Mengs, entre ellos el célebre retrato de Doña Isabel Parreño Arce y el retrato de Carlos III.
Junto con las estampas sueltas, unas 600, tanto de historia y devoción, como retratos y modestas viñetas, participó en la ilustración de una treintena de libros, destacando la colección de retratos que realizó para el Parnaso español..., de los más célebres poetas, de José López de Sedano (Madrid, 1774), o su contribución a la edición del Quijote grande de Ibarra (1780), primera patrocinada por la Real Academia, sobre dibujos de José del Castillo.

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